martes, 9 de octubre de 2007

Sobre la figura de Salado Álvarez


En el marco de la revaloración de la cultura mexicana durante el siglo XIX y principios del XX, Victoriano Salado Álvarez (Teocaltiche, 1867-México, 1931) interesa tanto a los estudiosos de la literatura y de la vida diplomática como a los historiadores en general, a los lingüistas, a los bibliómanos y a los tranquilos lectores de cuentos y novelas. La honestidad, la entereza, la erudición y la agilidad con el lápiz del autor de los Episodios nacionales mexicanos son valores siempre vigentes.
A Victoriano le tocó vivir el esplendor y la catástrofe del régimen personal más largo de nuestra historia: el de Porfirio Díaz, quien fue presidente de la República durante casi 30 años y se guió por la convicción de que el ingreso de México al concierto de naciones merecía todos los sacrificios necesarios de la población común.
Testigo del desarrollo de la modernidad liberal y de la positivista como grandes edificios teóricos, en los cuales la literatura asumía un sitio estratégico como "historia para el pueblo", Victoriano conoció de cerca la difícil transformación de esas modernidades conceptuales en prácticas cotidianas de gobierno; fue, así, un actor de alto rango en el permanente debate, muchas veces subterráneo, sobre las medidas más adecuadas para conducir al país.


Tomado de la cuarta de forros de: Alberto Vital, Un porfirista de siempre. Victoriano Salado Álvarez (1867-1931), México: Universidad Nacional Autónoma de México y Universidad Autónoma de Aguascalientes, 2002.

No hay comentarios: